domingo, 29 de junio de 2008

Memorias de papel (o digitales)

A mucha gente le pone triste, melancólica, no le gusta mirar fotos viejas. A Ella le encanta. Ver ese reflejo tan patente del paso de la vida, los cambios de color de pelo, de peinado, de peso, los rostros aniñados que van convirtiéndose en adultos. No le parece que eso sea deprimente, más bien lo ve como un testimonio de que uno está haciendo algo importante con su tiempo. Que está viviendo momentos que merecen ser recordados, que se rodea de gente que vale la pena volver a ver, aunque sea en fotos. Pero, sobre todo, son maravillosas cuando uno puede observar a través de ellas la constancia de las personas con quien comparte su vida. Cómo puede verse de chiquita junto a algunos, y después de grande con esas mismas personas, haciendo otras cosas, pero todavía juntos. Esas relaciones que crecen con nosotros son las que de verdad valen la pena. Las que soportan los cambios del paso de la edad, las que se suman a los nuevos proyectos y a las nuevas personas. Ella agradece a las fotos por dejar pruebas de cuán valiosos son.

1 comentario:

Evangelina Bussolino dijo...

Creo que me tengo que identificar en la parte de que estamos en fotos de chicas y de grandes... y ahora haciendo otras cosas, pero seguimos juntas...
Sabes que? eso se llama AMISTAD, y estoy muy orgullosa de que ese sentimiento tan puro nos una.

TE QUIERO MUCHO MUCHO MUCHO