lunes, 2 de junio de 2008

La Rebelión del Conejo

El conejo es tranquilo. Quiere una vida en paz, y es feliz con las cosas más ínfimas. Como una canción que le gusta en la radio mientras va al trabajo, un mensajito tierno o el mate cocido calentito los días de frío.
Pero así como se alegra con pavadas, se pone de mal humor por idioteces. Pasa del estado de mayor felicidad, a la miseria mas espantosa, sin razón aparente. Le trabaja demasiado la cabeza. A veces sabe los motivos de esa ciclotimia. Otras veces, ni siquiera lo imagina.
Pero cuando sí los conoce, cuando entiende el por qué del repentino cambio en su estado de ánimo, la rebelión del conejo se desata. Se subleva contra las injusticias (contra lo que, cree, son injusticias), ensaya grandes discursos tratando de que otros conozcan y entiendan su causa, o simplemete provoca una tormenta de insultos al cielo y al infierno que, lejos de ser una descarga, le demuestran cuál inútil es la queja por sí misma. Entonces, después de la indignación, la furia mal contenida que termina en llanto, todo sigue como siempre. Y se sienta a esperar que su ánimo cambie, nuevamente, por sí solo. Eso sí, aunque casi nunca obtenga resultados, un conejo rabioso asusta.

2 comentarios:

P dijo...

Me gustó, y hasta me siento identificado. :P

Muy bueno... Muy original el tema y muy bien llevado.

Nico dijo...

creo que el año pasado muchos presenciamos rabietas del conejo jejej