miércoles, 17 de abril de 2013

Lo invito

A usted, que se indigna viendo el noticiero del trece por el gobierno "de mierda" que tenemos y después se indigna más si de casualidad se cruza con 678 por ser una banda de obsecuentes "lavacerebros".
A usted, que VIVE indignado y se queja de todo aunque nunca tenga mucha idea de qué se trata porque no se informa con datos llanos si no con los análisis y opiniones de algunos con los que usted cree coincidir, y apoya marchas para pedir por cosas que no tiene muy claras cuáles son, con gente que quizás está pidiendo por algo totalmente diferente, convocados quién sabe por quién o por quiénes. Pero usted las apoya, las difunde y VA.
Usted, que se queja de la manipulación constante del gobierno porque todo el tiempo plantea ese "ellos contra nosotros", que a usted tanto le molesta, y que es apoyado por montones de personas que no entienden nada, cegadas por la idolatría.
Usted ¿No se da cuenta que está siendo parte de lo mismo, pero parándose exáctamente del otro lado? ¿No se da cuenta de que TAMBIÉN está siendo manipulado?
Se lo digo yo, que no pertenezco a ningún partido, que no creo en ningún político y que, lamentablemente, no suelo estar tan bien informada ni entiendo mucho de economía, de política, de leyes.  Se lo digo yo que, conciente de todo eso, me niego a odiar y a llenarme de bronca como hace usted. Que si quiero opinar sobre algo trato de informarme en serio, buscando los datos en algún lugar más o menos "neutral" (la neutralidad pura no existe, por si no lo sabía), o al menos intento leer las opiniones a favor y en contra y sacar mis propias conclusiones, en lugar de repetir las conclusiones que alguien más sacó por mi.
Y que trato de evitar hablar sobre algo que desconozco.
Se lo digo yo, que estoy más a favor que en contra del gobierno, a pesar de que muy bien no me caen y mucho no les creo, pero elijo esta postura porque me cae mucho mejor la gente que lo apoya que la que está en contra. Y no, no me cae bien el fanatismo. Pero prefiero al fanático que apoya a un proyecto al que cree popular, que lucha por un bien común. Prefiero a ese fanático sobre al que odia sin siquiera saber muy bien por qué, al que mira su propio ombligo y ni siquiera se da cuenta del lado de quién se está poniendo. Porque le aseguro que si el gobierno no le cae bien, lo que están en su contra no son mejores.
Y estoy hablando de los extremos, hay muchísima gente que elige a conciencia, con información y análisis.
Porque se puede criticar lo malo y aceptar lo bueno. Se puede ¿Eh? No es todo blanco o negro.
Corrupción hay y siempre hubo. Siempre creí que hay que combatirla, que los chorros tienen que ir presos y la guita debe ser recuperada, sea quien sea el que esté en el poder. Ahora, piense un poquito ¿Usted siempre se indignó así? ¿Usted siempre vió que los medios se dedicaran a investigar las mafias de los gobernantes? Mientras vaciaban y fundían al país sin que nadie dijera nada ¿Por qué usted no se indignaba?
No digo que ahora no esté pasando (no lo sé), lo que digo es, si antes los medios no lo denunciaban y usted ni se daba por enterado ni le importaba, y ahora si ¿No se siente un poquito manipulado? ¿No se da cuenta de que está siendo parte de ALGO que usted mismo critica cuando lo hacen los del "lado contrario"?
Lo invito a ampliar el panorama. No le digo que vea 678, que es un extremo, como lo es el noticiero del 13. Pero lo invito a moverse un poco más, a escuchar otras campanas. Lo invito a escuchar a Víctor Hugo Morales que, aunque diga cosas con la que usted mucho no coincide, es al menos una persona que fundamenta y justifica con inteligencia sus creencias y opiniones. Insisto, esté uno de acuerdo o no. Lo invito a escuchar a otros periodistas, a ver otros programas, a correrse un poco de la comodidad de ver y oir aquello con lo que coincide (si usted es oficialista, le digo lo mismo, a todos nos viene bien ampliar el panorama).  Lo invito a dejar de ser parte del "Ellos o nosotros" y empezar a ser usted.

martes, 16 de abril de 2013

¿Ser adulto?

Cuando uno es chico sueña con ser mayor para poder hacer lo que quiera sin pedir permiso. Para ser uno quien decida sobre su propia vida, a qué hora acostarse, a qué hora levantarse, cuándo comer y qué comer ("¿Por qué no puedo almorzar alfajores?"), a dónde ir, cuándo, con quién, etc.
Pero resulta que cuando uno es grande y tiene la libertar de tomar esas decisiones se encuentra con que la sociedad le tenía preparada una sorpresa: si ya sos mayor, tenés que madurar, ser adulto, y ser adulto significa adaptarse a determinadas reglas.  A lo que "se supone" tiene que ser.
Madurar pareciera ser someterse a hacer lo que se "debe" a pesar de que podrías hacer lo que quisieras.
Yo creo que se puede ser maduro y aceptar que uno es un adulto sin dejarse manipular tanto.
Si, es cierto, puedo elegir comer cinco comidas en determinados horarios que son los habituales, de la forma en que la mayoría lo hace. Pero puedo elegirlo porque me gusta, porque sé que es más sano, porque entiendo los motivos por los que es recomendable hacerlo. No porque la sociedad dice que así debe ser y porque si cómo sólo cuando tengo ganas lo que se me ocurra en ese momento significa que no me estoy comportando como un adulto. A lo mejor no es tan sano y yo lo sé pero aún así lo elijo, porque me hace más feliz. No comportarse como el resto de los adultos no es ser inmaduro, es ser diferente.
Creo que la madurez empieza por aceptarse uno mismo, por entender que la felicidad de cada uno no tiene por qué ser la de la mayoría y que hay que hacer lo que consideremos necesario para ser felices, encaje o no en los parámetros del resto de  "las personas adultas". La madurez pasa por aceptar determinadas reglas pero porque sabemos que nos convienen, que sirven a nuestro bienestar y a nuestra convivencia en una sociedad. Eso no implica aceptarlo todo sin siquiera entender por qué, cuando nuestro deseo quizás pasa por otro lado.
Los chicos no tienen esos problemas. No les preocupa el "qué dirán".
De algún modo siento que muchos adultos toman alcohol para deshinibirse y recuperar esa sensación.
Para olvidarse de que son adultos.