viernes, 13 de mayo de 2011

Sembrando amigos

Sembrar amigos, cosechar personas que estarán siempre en nuestros recuerdos, personas a las que algo les habremos dejado.
Coleccionar momentos, no cosas, ni títulos, momentos de felicidad o incluso de tristeza, pero momentos al fin en los que uno se sabe indudablemente vivo.
No dejo pasar un día sin que algo me haya hecho feliz. No importan las horas de trabajo, de estudio, de preocupaciones. Sólo vale ese mínimo espacio en el tiempo en que sonreí junto a un ser querido, canté, bailé, leí, me desvelé charlando de la vida con un amigo. Sólo vale ese fragmento espacio-temporal en el que fui auténtica, hice lo que sentía, dije lo que pensaba y tuve con quién compartirlo.
Si mañana me voy dejaré recuerdos, buenos momentos en los que otras personas me van a mantener presente, dejaré tristeza por mi partida y dejaré el amor brindado. Las cosas no van a extrañarte, los conocimientos adquiridos (por buenos que sean) se van con vos. Sólo los lazos que uno crea hacen que la vida valga la pena.

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