viernes, 1 de agosto de 2008

Cuentos Solitarios IV

Se levanta temprano, lo mata la ansiedad de pensar que hoy será el día esperado. No sabe cómo puede reaccionar, qué es lo que ella siente, pero al menos va a animarse a decir por fin lo que a él le pasa. Tenga el resultado que tenga, siempre es un avance salir de esa situación que no lleva a ningún lado. Un amor en secreto que no se vuelve realidad pero que tampoco muere… no puede ser sano.
La llama y, como siempre, estaba durmiendo. Le encanta su voz de dormida a la mañana, no ve el día en que despierte a su lado. ¿Faltará poco para eso? ¿O será que eso no va a pasar?
En todo caso, a partir de esta noche, dependerá de ella.

No hay comentarios: