sábado, 2 de agosto de 2008

Cuentos Solitarios V

Por fin llegó la hora. Cada uno en su casa, preparándose para salir. Ella piensa que será una más de las tantas salidas juntos: la conversación, las risas, las confesiones. Realmente necesita eso.
Él sabe que, a partir de esta noche, las cosas van a cambiar. Para bien o para mal, pero van a ser distintas. No se atreve a imaginar quién será cuando regrese a su casa, si se sentirá el hombre más feliz del mundo, o el más derrotado y vacío.
Pero vale la pena resolver esa incógnita. Ya se tomó demasiado tiempo para "preservar la amistad". Ya se justificó de todas las formas posibles por no tener el valor de enfrentarla. Se acabaron las excusas.
Entre tanto pensamiento el viaje se hizo más corto que de costumbre. Increíblemente, él llegó primero. Y mientras se apoya contra la pared del bar y enciende un cigarrillo, la ve llegar...

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