miércoles, 6 de agosto de 2008

Cuentos solitarios VII (El final… ¿o el principio?)

Es el turno de ella. Que lo entiende, que ella nunca pudo olvidar los días que estuvieron juntos en la secundaria. Que, no hace mucho, también lo amaba o creyó amarlo. Pero eso pasó, como seguramente se le pasará a él. Porque no puede arriesgarse a tenerlo como pareja, que no resulte, y perder así algo que funciona tan perfectamente como lo que tienen. Algo tan puro y duradero. Porque no está en un momento para relaciones, quiere ser egoísta, dedicarse sólo a ella misma y a su carrera.
Le dice que si él necesita un tiempo para distanciarse y acomodar sus sentimientos, va a respetarlo. No quiere por nada del mundo dejar de ser lo que son el uno para el otro, pero mucho menos quiere verlo sufrir.
Entonces él se da cuenta de algo. Ella le habla como si le hubiera contado que está enamorado de la vecina. Le habla igual que siempre, con la misma naturalidad y dulzura.
Recién en ese momento entiende que nada va a cambiar lo que tienen. Que, más allá del amor que ahora siente por ella, comparten una especie de “enamoramiento” el uno por el otro que siempre estuvo y siempre estará.
Ya tiene su respuesta, y tanto tiempo sufriendo se devela como vano. Nada fue tan dramático, tan drástico, tan terrible. No llegará a su casa siendo el hombre más feliz del mundo, pero tampoco el más triste. Ahora sabe que hay una parte de ella que le pertenece y seguirá siendo suya a pesar de todo.
Puede ser simplemente que éste no es el momento indicado. Que el momento indicado lo haya perdido cuando ella lo amaba y él ni se enteró.
O que, en realidad, ese momento todavía no llegó…

1 comentario:

Evangelina Bussolino dijo...

Es un poco triste, no?
Estuve esperando un final mas de amor...
En realidad solo son amigos...

Lo vas a seguir?

Te quiero mucho!!!