domingo, 19 de junio de 2011

Formas de medir

Es medir cada día no por números, lugares, cosas, obligaciones, sino por personas. Recordar en cuántos ámbitos distintos estuve y con quiénes en cada uno de ellos, sintiéndome en todos como en casa.
Pensar que un sólo día puede, y por suerte así me suele suceder, formarse de varios de esos encuentros que te llenan el alma. Recordar cómo fue que nuestras vidas se cruzaron, con uno, con otro, cómo se generaron esos lazos que muchas veces antes o después se entrelazan entre ellos.
Y saber que esa es la felicidad. Que nada llena más que los momentos compartidos con otro que siente lo mismo que vos en ese instante y en ese lugar. Porque sin ese alguien más ya no sería tan profundo, tan intenso, tan real.
La vida no es plena y no puede ser feliz sin esas conexiones que, dejando y dejándonos huellas, nos demuestran que el mundo es un todo del que todos somos parte.

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