martes, 4 de mayo de 2010

La voz del viento

Ella, cansada de los que llenan bocas y pantallas con palabras vacías, sin anclaje alguno en los hechos, harta de contradicciones e incongruencias, se llama a silencio y escucha el sonido del viento. Tal vez algo pueda decirle que no crea ya saber. Una de esas verdades que te dejan boquiabierto y golpeándote la frente mientras pensás “¿Cómo no me di cuenta antes?” Una de esas revelaciones que te solucionan un poco los problemas, que te abren puertas y te señalan numerosos caminos antes desconocidos.
Pero escucha al viento y nada distingue. No habla, no canta, no silba. Nada.
Ya ni siquiera un ruido, una letra perdida, una hoja que vuela. Ni un sonido. Todo es vacío. Y el vacío también lo dice todo. Como el sonido del mar en un caracol.

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