jueves, 14 de abril de 2011

¿Y qué?

No soporto a los tibios. A los "ni fu ni fa", a los indecisos, a los que viven en la inseguridad, a los que no se la juegan ni toman posición.
Porque miedos e inseguridades tenemos todos, pero dejar que eso rija nuestras vidas, paralizarnos en ellos, quedarnos en ese punto intermedio, no porque elegimos los grises o porque hay una opción posible de "llegar a un acuerdo", sino porque no queremos tomar la decisión de elegir una postura, es lamentable.
¿Cuál es el problema? ¿Qué tiene de malo equivocarse? ¿Qué tiene de malo probar una y mil veces, intentar e intentar hasta llegar a encontrar lo que de verdad nos hace felices? Es parte de la vida, un proceso de aprendizaje. Es correr riesgos y sumar experiencias, personas, recuerdos. Es permitirse sentir y vivir en cada emoción, en las lágrimas y las risas, en los momentos compartidos.
Quizás podríamos vivir 200 años si nos la pasáramos encerrados en nuestras casas sin contacto con otras personas, otros lugares, otras cosas... quizás podríamos... ¿vivir?

3 comentarios:

Unknown dijo...

Exelente editorial de vida, comparto plenamente, y me duelen los encierros, las indesiciones,me duelen las carceles, las que construimos nosostros mismos y las que encierran pajaros tan solo para verlos morir.
Un puño en alto es mas que una mirada errante.

sol ..* dijo...

Adscribo a lo dicho.

Y me mató "Un puño en alto es mas que una mirada errante."

Fla dijo...

¡Grosos, amigos!