lunes, 21 de marzo de 2011

Ni olvido ni perdón

Perdí mi libertad, me capturaron.
Perdí mi rebeldía, me sometieron.
Perdí mi dignidad, me humillaron.
Perdí mi valentía, supe lo que era el terror.
Perdí mi fe en las personas, me torturaron.
Perdí mis convicciones, renegaba de la fe y rogué a Dios.
Perdí mis sueños, mis esperanzas, mis ilusiones, mientras me tuvieron se borraba mi futuro.
Perdí amores, amigos, compañeros, de ayer de hoy y de mañana.
Hoy vivo como cualquiera, muy pocos saben de  ese agujero en mi interior tan pesado de llevar.
Tuve la suerte de no perder la vida, pero tan vacío estaba que me llevó años reconstruirme: hoy, 35 años después, sigo incompleto ¿Cómo alguien podría olvidar o perdonar algo así?

1 comentario:

Facundo Tabaré dijo...

Hermoso, durisimo, pero lleno de vida y esperanza. Vamos todavia que se puede