miércoles, 4 de noviembre de 2009

Inexplicable

Abrió los ojos y, en un principio, no distinguía nada en la oscuridad.
La memoria le fallaba y sus sentidos estaban adormecidos. El golpe había sido fuerte, pero no grave. Sin embargo, no podía recordar qué había pasado...algunas vagas imágenes cruzaban por su mente, nada comprensible.
Poco a poco comenzó a ver con claridad. El encierro lo ahogaba, la falta de luz le causaba temor. Se puso de pie tambaleando y avanzó unos pasos. Alguien lo tomó suavemente de la mano (él ni siquiera había notado que otra persona estuviera allí) y comenzó a guiarlo. Escalón por escalón, esta vez a una mayor altura que la anterior. Cuando por fin se detuvo, volvió a saltar.

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