jueves, 15 de octubre de 2009

Pasiones

El mundo se mueve por las pasiones, no es ninguna novedad. Cualquier cosa a la que nos dediquemos, en nuestra vida profesional, en nuestras relaciones personales, en nuestro tiempo libre... todo debería tener algo de pasión. Eso que hace que el corazón nos lata un poquito más fuerte, que nuestra mente divague, que nos entusiasme incluso la idea de hacer un esfuerzo o un sacrificio porque es por algo que amamos, que deseamos, que REALMENTE queremos hacer.
Ella no acepta que las personas se conformen. Que hagan las cosas aunque no les gusten que, para evitar conflictos o situaciones difíciles, para "estar tranquilos", dejan a un lado los verdaderos sentimientos que los hacen sentir vivos. Es una pasividad que la exaspera.
Puede entender a la gente que elige vivir en paz, pero sólo si esa paz viene de la tranquilidad que da estar luchando o trabajando por las cosas que uno ama, no de la resignación a "lo que nos toca".
A veces pensar demasiado ayuda a reflexionar, a darse cuenta de lo que para nosotros verdaderamente vale la pena. Otra veces, pensar demasiado nos paraliza, nos asusta, nos deja en el mundo de lo "probable" y nunca nada se concreta.

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