martes, 1 de junio de 2010

Un buen día

Llega al trabajo con una gran paz, colmada del sol de invierno que brilla a pesar del frío, de una maravillosa música que la conmueve y de las palabras de un buen libro todavía digiriéndose en su mente. Los guantes le abrigan las manos siempre heladas y por la noche la esperan su calor y sus besos.
En su mochila, en su vida, todo parece estar en orden. Incluso la certeza de esas sensaciones pasajeras. Pero poco puede importar, ahora que las lleva todas consigo.

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