Hay quienes se aman demasiado y no saben amar a nadie más.
Hay quienes no se aman y no pueden creer que alguien más pueda amarlos.
Están los que arrastran amores no correspondidos y los repiten en cada nueva relación imposible.
Los hay testarudos que aman en vano, no ya a personas incapaces de retribuir ese
amor, sino a personas desinteresadas que no lo valoran, no lo quieren
ni lo necesitan.
Están los que aman tanto y a tantos que no pueden decidirse y terminan por no amar a nadie.
Los que temen a la soledad y se convencen de que aman.
Los que confunden al sexo con amor, pareja con intimidad. Intimidad con modos de vida.
Hay avergonzados de sus amores y de sus fracasos. Y orgullosos de ambas cosas.
Hay algunos de los que no se puede esperar nada y aún así hay dispuestos a darles todo.
Hay deseosos de amar, amantes sujetos por sus propios límites, tan heridos y contaminados, faltos de ejemplos, incapaces de recibir o expresar amor.
Pero un día, el nudo se desata.
lunes, 7 de mayo de 2012
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2 comentarios:
Me encantó. yo soy un montón de esos, juntos.
Gracias Ela! Creo que todos somos una combinación de varias de esas formas poco sanas de amar, hasta que encontramos a la persona indicada. O hasta que nos curamos y entonces encontramos a esa persona. ¿Quién puede saber cuál es la verdad?
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